martes, 26 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "FUNERAL"

Fecha estelar 20192603 Kappa Epsilon

"El olor era insoportable, una densa miasma putrefacta, casi visible como una niebla tóxica que cubría la superficie de carne en descomposición.

Todo un tesoro. Su tesoro.

Kurt había pertenecido durante toda su vida a un clan servidor del Gremio de los cadáveres. Su trabajo consistía en recoger los restos mortales de cualquier morador de Colmena Trazior que expirara. Era un trabajo brutal y peligroso. No solo por tener que cargar con el peso muerto de los cadáveres durante jornadas inacabables, sino también por las múltiples infecciones fúngicas y de bacterias necróticas que provocaba el contacto continuo con cuerpos en descomposición.


Los cadáveres eran transportados hasta las cubas de reprocesamiento en el edificio del Gremio, que era conocido como "El Mausoleo". Allí, los agentes del gremio pesaban los cuerpos y entregaban unos créditos a los trabajadores por cada medida de peso, valorando el grado de descomposición y que el cadáver estuviera lo más completo posible. Los muertos se dejaban sobre una cinta transportadora y eran sometidos por maquinaria y operarios enmascarados vestidos de riguroso negro a operaciones para destazarlos, exprimir todos sus jugos en busca de preciada agua, y mas tarde descarnarlos completamente mediante afiladas cuchillas de plastiacero. La carne era disuelta mediante químicos, secada, reconstituida y prensada, para crear las tabletas proteínicas de almidón de cadáver que constituían las raciones standar de los obreros de la subcolmena en Trazior. La sangre, los jugos y los icores del organismo eran cuidadosamente filtrados y compensados, para recuperar toda el agua con la que se daría de beber a la sedienta población del clan.

Solo quedaban los huesos. Algunos se convertían en polvo para pulir metales, o fertilizante para cosechas de hongos comestibles. Otros, los de mejor forma, se usaban para decorar las paredes del mausoleo, sobre todo los cráneos, que miraban burlonamente a cualquiera que se acercara al lugar, como una promesa vengativa de ultratumba.


Kurt adoraba su trabajo, pero quería más. Tras tantos años transportando cadáveres, sentía que tenía una relación íntima con la muerte. Se inició en los caminos de los Necrocultistas, los adoradores de la muerte, y  por eso, cuando encontró el tesoro, se lo quedó para él. Avaramente, esparció conservantes químicos sobre los cadáveres, víctimas sin duda de alguna feroz batalla multitudinaria de bandas, y poco a poco, fué vendiéndolos en el mercado negro, donde pudo sacar una buena tajada por la carne y la sangre. Sin embargo, aún le quedaron los huesos, blanqueados como el marfil.  Usó parte del dinero para comprar escopetas de combate, rifles y pistolas, e incluso una chirriante espada sierra, a los traficantes del gremio, y con el resto tentó a varios jóvenes de confianza del clan para formar su propia banda de guerreros de clan. Se hicieron llamar "Los enterradores", y utilizaron los huesos restantes para decorar su vestimenta. Así conseguían dos cosas. Mostrar su afiliación al Gremio de Cadáveres, y enseñar a las claras cual era el destino que podía esperar cualquier enemigo de su banda. 



La banda de Kurt pronto se hizo famosa por su fría crueldad, y por no dejar a ningún cuerpo tras ellos. Cada uno de los enemigos que asesinaban, se convertía en parte del tesoro de la banda, con su carne y su sangre vendida por peso al mejor postor, y sus huesos decorando las vestimentas de su grupo. Mack llevaba un chaleco hecho con la caja torácica de un pandillero de subcolmena, Nigel repiqueteaba con el ruido de varios fémures que colgaban de su cinturón a modo de garrotes, y el propio  Kurt llevaba en la hombrera de su armadura el hueso facial de un miembro de la banda que había osado desafiarle por el liderazgo del grupo.




Los enterradores adquirieron un gran territorio, y esto les hizo entrar en contacto con todo tipo de negocios turbios. Los mercaderes del Gremio se hicieron eco de su fama, y les ofrecieron contratos muy lucrativos de protección y asesinatos por encargo, que les enriquecieron aún más. Una frase corrió rápidamente de boca en boca por todo el submundo, entre susurros....

"Si vas contra los Enterradores, prepara tu funeral".

Pensamiento del día -"La muerte es una recompensa en sí misma"-

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