viernes, 29 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "EN EL NIDO" (PARTE 2)

Fecha estelar 20193003 Alpha Epsilon

La bóveda era gargantuesca, inmensa en su ciclópea arquitectura gótica. En Colmena Acrópolis les encantaban esas cosas. Tallas votivas de Santa Sabbat, Estatuas de veinte metros de alto del Redentor Kyrinov..., todo tipo de iconografía del Adeptus Ministorum, en conmemoración de los héroes y mártires del Imperio. Pero aquí no había nada de eso. Alguien, metódica y sistemáticamente, había usado herramientas de minería para reducirlos a amasijos irreconocibles, profanando las esculturas. Incluso los frisos mas pequeños habían recibido las atenciones del cincel, de forma obsesiva, casi ritual.

El lugar estaba cubierto de polvo y suciedad, con colonias de hongos pútridos colgando deshilachadas de las pasarelas industriales. Aquello parecía un almacén de productos, listos para ser empaquetados y enviados a otros lugares mediante las cintas transportadoras que ahora yacían destruidas e inútiles. Pero lo que más escalofríos daba del lugar era el silencio que se respiraba. No se oía ni el paso de un rátido, ni siquiera el aleteo de un murciélago carroñero. Aquel lugar estaba muerto.



Los enterradores entraron por el tunel sur y comenzaron a desplegarse en busca del Spook, mientras trataban de ponerse a cubierto y apuntaban nerviosamente con sus escopetas en todas direcciones. Ocultos cerca de ellos, se encontraban los justicieros Venator, que ya desde su entrada en la bóveda habían identificado un barril. Silenciosamente, se fueron aproximando hacia su botín. 

En el lado norte de la cámara, Moreno desplegó a sus hombres con sigilo y eficacia militar, como si estuvieran asaltando una posición orka en el desierto del Mundo de Logan. También habían divisado el premio, varios barriles de droga que correspondían con la información que les había dado el agente del gremio. Todo iba suave como la mierda fresca...

Nathan había tomado la decisión de cubrir el mayor terreno posible, asignó a su ametrallador una posición diagonal, para que hiciera de Alfil, como en las partidas de regicida que jugaba con su cogitador, y así cubriera completamente cualquier posible encuentro. Sus hombres fueron avanzando lentamente por el terreno, mientras trataban de localizar los contenedores de droga.

Pronto estalló un violento tiroteo entre los Cyclo Boys y los Laser Ghost, cuando uno de los encapuchados intentó capturar el bidón de droga. Osadamente, el Venator se abalanzó a la carrera mientras sus hermanos enmascarados le cubrían haciendo fuego contra las posiciones atrincheradas de los mercenarios ultramundanos. El súbito tiroteo hizo que las otras dos bandas se enzarzaran también en una búsqueda desesperada por la cobertura.

Nathan pensó que las cosas no iban mal, al fin y al cabo, aunque hubiera mas bandas buscando la droga, eso significaba que aun no se la habían llevado, y que por tanto, el valioso premio estaba a su alcance. Preparó su bolter para abatir a uno de esos payasos disfrazados con huesos sobre la ropa que tenía enfrente, cuando un grito desgarrador le heló la sangre.




Tuvo tiempo justo de ver como su ametrallador era tragado por la oscuridad, que le agarraba con cuatro brazos terminados en sangrientas garras. El resto de sus hombres dispararon a lo loco contra la oscuridad, pero lo que quiera que le hubiera atacado, se lo llevó tan rápido como había llegado.

El combate prosiguió con fiereza, el Venator había alcanzado el barril, y justo entonces, un disparo de rifle laser le abatió, haciendo un agujero ardiente en su espalda, que provocó que pequeñas llamas prendieran en sus ropas. Algunos de los hombres de Moreno recibieron impactos cercanos y se pusieron a cubierto. Uno de ellos cayó redondo al recibir un tiro de escopeta de los Venator. 

Los enterradores también tenían sus propios problemas, Kurt había visto como esa cosa se llevaba a varios de los suyos. ¿Era algún tipo de trampa?, ¿que demonios pasaba allí?, abrieron fuego contra las sombras con sus escopetas, mientras intentaban desesperadamente encontrar los depósitos de droga.

Moreno había capturado varias cargas, pero aun asi, los Laser Ghost se las habían arreglado para conseguir más. Desde el otro lado del campo de batalla, Moreno vio la tenebrosa figura del Jinete Fantasma, que le apuntó con su dedo e hizo el gesto de degollarlo. A Moreno, que había visto la muerte de cerca en los áridos desiertos del Mundo de Logan, no le impresionaban las máscaras que estos fantoches de colmena decidieran ponerse, y le hizo un gesto obsceno de burla como respuesta. Los Venator, satisfechos con su botín,dejaron el cadáver de su compañero en el suelo putrefacto, y se fueron rápidamente. 

Mientras tanto, la batalla por la droga entre los Enterradores y los TECH 3'141 se había convertido en una lucha por la supervivencia. Cuatro de los hombres de Nathan habían caído víctimas de los monstruos que surgían de la oscuridad. Nathan consultó la base de datos de su cogitador portátil, y descubrió la realidad sobre las bestias.

Genestealers.



La insurrección de la que se hablaba en la espira Nautilus había sido una infestación genestealer, y estos monstruos eran restos de aquellas abominaciones que los Marines Espaciales no habían podido encontrar. Había que salir de allí y rápido, pero las bajas que había sufrido eran catastróficas, no podía irse con las manos vacías, esos putos alienígenas no le iban a robar su oportunidad de conseguir la droga. Blandiendo su bolter, empezó a disparar indiscriminadamente contra los monstruos que chirriaban y salían de todas partes, salvando a varios de sus hombres que eran atacados por ellos.

Kurt había visto lo suficiente. Su banda había perdido a tres miembros, arrastrados hacia las sombras por esos monstruos repugnantes. Las postas de escopeta, y las ráfagas de laser no parecían hacer mella sobre ellos, asi que la mejor opción era largarse. Cargando su magro botín, ordenó a sus hombres retirarse.



Moreno vio como las monstruosidades se concentraban sobre los Tech, y decidió que era un buen momento para largarse. Habían conseguido derribar uno de esos bichos con su ametralladora, y toda su banda se había puesto a dispararle salvajemente. Cuando la nube de cordita y fyceleno pasó, casi se le salen de las órbitas los ojos, aquel monstruo, retorciéndose como una Mutaracha gigante boca arriba, se estaba levantando, indemne. Ordenó a sus hombres que se largaran, ya habría mas ocasiones para conseguir dinero, y al fin y al cabo, había conseguido varios barriles.

Finalmente, tras un combate desesperado contra las bestias, Nathan consiguió retenerlas lo suficiente como para hacerse con el resto de barriles del lugar. Con su tesoro en drogas psico-aumentadoras a cuestas, él, y la mitad de su banda que no había sido destripada o raptada por las criaturas, se largaron trastabillando bajo el peso de los bidones a toda velocidad. Habría tiempo para vengarse, sin duda.

Todo estaba húmedo, y oscuro. Poncho estaba colgando de una especie de nido hecho con hueso petrificado y materia regurgitada. Le habían atado con aquellas babas púrpuras repugnantes. Junto a él, había varios hombres más, algunos vivos, otros sin duda muertos, al faltarles partes vitales como la cabeza, las piernas, o el paquete intestinal. Justo enfrente de él, vió a uno de los hombres de los Enterradores atrapado como él. Uno de los monstruos se acercó, y suavemente, casi con cariño, le bajó la mandíbula al hombre mientras le miraba fijamente. La lengua terminada en una especie de aguijón de la criatura se introdujo grotescamente en su boca, y mientras, el hombre se retorcía de espasmos de agonía. Poncho tiró de sus ataduras con todas sus fuerzas, y consiguió liberarse, corrió y corrió desesperadamente, por los caminos perdidos de conductos y muerte que había seguido su banda. Casi milagrosamente, se vió por fin en las cercanías de túneles conocidos, y una vez allí, tan solo tardó unas horas hasta llegar de nuevo al sector 4:26.



EPÍLOGO: En la guarida de los Enterradores, Kurt y sus hombres se estaban lamiendo sus heridas. Había sido una masacre. Pero por lo menos no habían salido de vacío. Le iba a costar mucho reemplazar a los hombres perdidos, eso sí, pero al menos Mack había conseguido volver. Estaba pálido y con vómitos, sin duda cosa del shock, y tenía esa mirada vidriosa y rara, pero ahora mismo no le sobraban combatientes. Después de todo, seguro que no era nada....

Pensamiento del día: -"El sueño de los alienígenas es bailar sobre la tumba de la humanidad"-

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