viernes, 29 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "EN EL NIDO" (PARTE 2)

Fecha estelar 20193003 Alpha Epsilon

La bóveda era gargantuesca, inmensa en su ciclópea arquitectura gótica. En Colmena Acrópolis les encantaban esas cosas. Tallas votivas de Santa Sabbat, Estatuas de veinte metros de alto del Redentor Kyrinov..., todo tipo de iconografía del Adeptus Ministorum, en conmemoración de los héroes y mártires del Imperio. Pero aquí no había nada de eso. Alguien, metódica y sistemáticamente, había usado herramientas de minería para reducirlos a amasijos irreconocibles, profanando las esculturas. Incluso los frisos mas pequeños habían recibido las atenciones del cincel, de forma obsesiva, casi ritual.

El lugar estaba cubierto de polvo y suciedad, con colonias de hongos pútridos colgando deshilachadas de las pasarelas industriales. Aquello parecía un almacén de productos, listos para ser empaquetados y enviados a otros lugares mediante las cintas transportadoras que ahora yacían destruidas e inútiles. Pero lo que más escalofríos daba del lugar era el silencio que se respiraba. No se oía ni el paso de un rátido, ni siquiera el aleteo de un murciélago carroñero. Aquel lugar estaba muerto.



Los enterradores entraron por el tunel sur y comenzaron a desplegarse en busca del Spook, mientras trataban de ponerse a cubierto y apuntaban nerviosamente con sus escopetas en todas direcciones. Ocultos cerca de ellos, se encontraban los justicieros Venator, que ya desde su entrada en la bóveda habían identificado un barril. Silenciosamente, se fueron aproximando hacia su botín. 

En el lado norte de la cámara, Moreno desplegó a sus hombres con sigilo y eficacia militar, como si estuvieran asaltando una posición orka en el desierto del Mundo de Logan. También habían divisado el premio, varios barriles de droga que correspondían con la información que les había dado el agente del gremio. Todo iba suave como la mierda fresca...

Nathan había tomado la decisión de cubrir el mayor terreno posible, asignó a su ametrallador una posición diagonal, para que hiciera de Alfil, como en las partidas de regicida que jugaba con su cogitador, y así cubriera completamente cualquier posible encuentro. Sus hombres fueron avanzando lentamente por el terreno, mientras trataban de localizar los contenedores de droga.

Pronto estalló un violento tiroteo entre los Cyclo Boys y los Laser Ghost, cuando uno de los encapuchados intentó capturar el bidón de droga. Osadamente, el Venator se abalanzó a la carrera mientras sus hermanos enmascarados le cubrían haciendo fuego contra las posiciones atrincheradas de los mercenarios ultramundanos. El súbito tiroteo hizo que las otras dos bandas se enzarzaran también en una búsqueda desesperada por la cobertura.

Nathan pensó que las cosas no iban mal, al fin y al cabo, aunque hubiera mas bandas buscando la droga, eso significaba que aun no se la habían llevado, y que por tanto, el valioso premio estaba a su alcance. Preparó su bolter para abatir a uno de esos payasos disfrazados con huesos sobre la ropa que tenía enfrente, cuando un grito desgarrador le heló la sangre.




Tuvo tiempo justo de ver como su ametrallador era tragado por la oscuridad, que le agarraba con cuatro brazos terminados en sangrientas garras. El resto de sus hombres dispararon a lo loco contra la oscuridad, pero lo que quiera que le hubiera atacado, se lo llevó tan rápido como había llegado.

El combate prosiguió con fiereza, el Venator había alcanzado el barril, y justo entonces, un disparo de rifle laser le abatió, haciendo un agujero ardiente en su espalda, que provocó que pequeñas llamas prendieran en sus ropas. Algunos de los hombres de Moreno recibieron impactos cercanos y se pusieron a cubierto. Uno de ellos cayó redondo al recibir un tiro de escopeta de los Venator. 

Los enterradores también tenían sus propios problemas, Kurt había visto como esa cosa se llevaba a varios de los suyos. ¿Era algún tipo de trampa?, ¿que demonios pasaba allí?, abrieron fuego contra las sombras con sus escopetas, mientras intentaban desesperadamente encontrar los depósitos de droga.

Moreno había capturado varias cargas, pero aun asi, los Laser Ghost se las habían arreglado para conseguir más. Desde el otro lado del campo de batalla, Moreno vio la tenebrosa figura del Jinete Fantasma, que le apuntó con su dedo e hizo el gesto de degollarlo. A Moreno, que había visto la muerte de cerca en los áridos desiertos del Mundo de Logan, no le impresionaban las máscaras que estos fantoches de colmena decidieran ponerse, y le hizo un gesto obsceno de burla como respuesta. Los Venator, satisfechos con su botín,dejaron el cadáver de su compañero en el suelo putrefacto, y se fueron rápidamente. 

Mientras tanto, la batalla por la droga entre los Enterradores y los TECH 3'141 se había convertido en una lucha por la supervivencia. Cuatro de los hombres de Nathan habían caído víctimas de los monstruos que surgían de la oscuridad. Nathan consultó la base de datos de su cogitador portátil, y descubrió la realidad sobre las bestias.

Genestealers.



La insurrección de la que se hablaba en la espira Nautilus había sido una infestación genestealer, y estos monstruos eran restos de aquellas abominaciones que los Marines Espaciales no habían podido encontrar. Había que salir de allí y rápido, pero las bajas que había sufrido eran catastróficas, no podía irse con las manos vacías, esos putos alienígenas no le iban a robar su oportunidad de conseguir la droga. Blandiendo su bolter, empezó a disparar indiscriminadamente contra los monstruos que chirriaban y salían de todas partes, salvando a varios de sus hombres que eran atacados por ellos.

Kurt había visto lo suficiente. Su banda había perdido a tres miembros, arrastrados hacia las sombras por esos monstruos repugnantes. Las postas de escopeta, y las ráfagas de laser no parecían hacer mella sobre ellos, asi que la mejor opción era largarse. Cargando su magro botín, ordenó a sus hombres retirarse.



Moreno vio como las monstruosidades se concentraban sobre los Tech, y decidió que era un buen momento para largarse. Habían conseguido derribar uno de esos bichos con su ametralladora, y toda su banda se había puesto a dispararle salvajemente. Cuando la nube de cordita y fyceleno pasó, casi se le salen de las órbitas los ojos, aquel monstruo, retorciéndose como una Mutaracha gigante boca arriba, se estaba levantando, indemne. Ordenó a sus hombres que se largaran, ya habría mas ocasiones para conseguir dinero, y al fin y al cabo, había conseguido varios barriles.

Finalmente, tras un combate desesperado contra las bestias, Nathan consiguió retenerlas lo suficiente como para hacerse con el resto de barriles del lugar. Con su tesoro en drogas psico-aumentadoras a cuestas, él, y la mitad de su banda que no había sido destripada o raptada por las criaturas, se largaron trastabillando bajo el peso de los bidones a toda velocidad. Habría tiempo para vengarse, sin duda.

Todo estaba húmedo, y oscuro. Poncho estaba colgando de una especie de nido hecho con hueso petrificado y materia regurgitada. Le habían atado con aquellas babas púrpuras repugnantes. Junto a él, había varios hombres más, algunos vivos, otros sin duda muertos, al faltarles partes vitales como la cabeza, las piernas, o el paquete intestinal. Justo enfrente de él, vió a uno de los hombres de los Enterradores atrapado como él. Uno de los monstruos se acercó, y suavemente, casi con cariño, le bajó la mandíbula al hombre mientras le miraba fijamente. La lengua terminada en una especie de aguijón de la criatura se introdujo grotescamente en su boca, y mientras, el hombre se retorcía de espasmos de agonía. Poncho tiró de sus ataduras con todas sus fuerzas, y consiguió liberarse, corrió y corrió desesperadamente, por los caminos perdidos de conductos y muerte que había seguido su banda. Casi milagrosamente, se vió por fin en las cercanías de túneles conocidos, y una vez allí, tan solo tardó unas horas hasta llegar de nuevo al sector 4:26.



EPÍLOGO: En la guarida de los Enterradores, Kurt y sus hombres se estaban lamiendo sus heridas. Había sido una masacre. Pero por lo menos no habían salido de vacío. Le iba a costar mucho reemplazar a los hombres perdidos, eso sí, pero al menos Mack había conseguido volver. Estaba pálido y con vómitos, sin duda cosa del shock, y tenía esa mirada vidriosa y rara, pero ahora mismo no le sobraban combatientes. Después de todo, seguro que no era nada....

Pensamiento del día: -"El sueño de los alienígenas es bailar sobre la tumba de la humanidad"-

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "EN EL NIDO" (PARTE 1)

Fecha estelar 20192903 Alpha Thau

La Colmena Trazior es hogar para muchos millones de almas. Es imposible contar todas las historias, rencillas, guerras, traiciones y hazañas que tras sus muros de plastiacero y adamantio se desarrollan ciclo tras ciclo. Por ello vamos a centrarnos en un episodio del M39, entramado dentro de las viciosas guerras de clanes que devastaron los niveles inferiores de la subcolmena. Concretamente, nos centraremos en el sector 4:26.

El sector 4:26 está a muchos kilómetros de profundidad debajo de las espiras de Trazior, por debajo de la zona habitada por los clanes comerciales, justo lindando varios niveles bajo los muelles de atraque de los trenes bala que cruzan el desierto tóxico, ya en plena subcolmena. Es un sector no muy importante, controlado por varios clanes industriales menores, y con una fuerte presencia de los gremios de cadáveres, esclavistas, y el gremio comercial.



En 4:26 se dió una violenta batalla por el control de los recursos del sector, protagonizada por varias bandas de renegados y forajidos. Estas bandas querían la exclusividad sobre la producción de los talleres, las procesadoras de alimentos, y también las tasas que podían cobrarse a los pequeños asentamientos que salpicaban el paisaje. La ley en 4:26 era laxa, como corresponde a un territorio fronterizo, y proliferaba el crimen y la corrupción. Sólo las bandas de subcolmena imponían su propio orden, y dictaban sus propias leyes. En este período, y en este sector, cinco bandas se encontraron en los campos de batalla compuestos por kilómetros de túneles abandonados, inmensas bóvedas derruidas, almacenes olvidados y depósitos contaminados. Estas bandas eran el grupo de autodefensa TECH 3'141, la banda de guerreros de clan conocida como "Los enterradores", Los cazadores de brujas Venator llamados "Laser Ghost", La depravada banda de Bratts "Jester Snakes", y los mercenarios ultramundanos "Cyclo boys".

Durante la contienda, estas bandas se dedicaron a tratar de aumentar sus recursos y ganarse el favor de los clanes comerciales, haciendo peligrosos encargos para ellos en ocasiones, y en otras, sencillamente enfrentándose entre ellas para conseguir más territorio, recursos, o influencia. Esta es su terrible historia, de imprevisibles consecuencias.


"Kurt había recibido con alegría el soplo. Era como aquella vez, cuando pudo fundar su banda gracias al tesoro en carroña que encontró en aquella cúpula derruida. Un pobre viejo, que pretendía desesperadamente que sus pandilleros no le convirtieran en adornos para sus hombreras, les contó la historia. 

El viejo decía llamarse Pietrus, y antaño había formado parte de las FDP de Necromunda. Según él, hacía ya muchas traslaciones, en Colmena Acrópolis había habido una insurrección. La rebelión había provocado una guerra a gran escala, que solo pudo ser aplacada cuando El Gobernador Imperial Helmawr solicitó ayuda a la Fortaleza-Monaterio de los Puños Imperiales. Se decía que tras la batalla, cargas sísmicas de gran potencia habían desintegrado completamete la Espira Nautilus, de Colmena Acrópolis, y que todos los insurgentes habían sido masacrados por la furia de los Angeles de Muerte del Emperador. Pero el viejo también tenía un mapa de los conductos que llevaban a los niveles inferiores bajo la espira Nautilus, y afirmaba vehementemente que allí se encontraban depósitos de Spook en crudo. El Spook era una poderosa droga psico aumentadora, que bien refinada valía en el mercado cientos de créditos. Así que un auténtico tesoro esperaba a aquellos que fueran lo bastante valientes para cogerlo. La historia le valió al viejo una muerte rápida de un escopetazo en la cara, y así, los Enterradores se pusieron en marcha, tras vender el cadáver al Gremio para sacar beneficio. La codicia brillaba en los ojos opacos de Kurt. Ya pensaba en como podría superar al resto de bandas con las armas que compraría con esos créditos...


Mientras tanto, en el garito de apuestas dirigido por los Cyclo Boys, Moreno recibía las noticias con interés. 

-¿De cuantos créditos estamos hablando? -preguntó con voz áspera-.
-Cientos, quizás miles, dijo el agente del gremio.

El gremio de comerciantes había comprado un soplo a los espías Delaque, en el que se afirmaba que los caminos hacia la derrumbada espira Nautilus estaban de nuevo despejados, y que era posible acceder a sus niveles inferiores, donde se encontraba, desde hacía muchos años, un almacén de Spook en crudo. Rápidamente, los agentes del gremio comenzaron a mover el rumor, cada uno mirando por su interés, y a contratar bandas para que trajeran el preciado material de vuelta. Gregor Trelaynus, agente en prácticas del Gremio de comerciantes, había contactado con los Cyclo Boys para proponerles el jugoso negocio, y ofrecerse, como no, a comprar toda la mercancía que pudieran traer consigo. 

-Está bien, rátido, mis chicos y yo haremos el trabajo....mañana. -dijo Moreno tomándose de un trago el resto de la botella de Serpiente Ciega.
-Mi nombre es Gregor, bárbaro ultramundano, y si tú y tu grupo de salvajes no os dáis prisa, podríais perder el contrato... -Gregor estaba molesto, y su tono sonó crispado-
Moreno enarcó una ceja bajo su pintura de guerra blanca y miró con sus duros ojos negros fijamente a Gregor.
-Te llamaré como me venga en gana. Eres un rátido porque has nacido en un planeta donde vivís escondidos en rincones oscuros, royendo basura para sobrevivir, y donde sois demasiado cobardes para hacer las cosas por vosotros mismos, por lo que contratáis a hombres de verdad para que hagan el trabajo. Afortunadamente para mí. Sirvete un trago, rátido, y no te preocupes, nos pondremos en camino en una hora. Y si algún imbécil intenta llevarse nuestro premio, les freiremos a tiros y dejaremos sus cadáveres para tus congéneres de cuatro patas.

Bolu y Canario soltaron una carcajada mientras Cerezo miraba cínicamente a Gregor. Este, al verse superado, se levantó de la silla y salió del bar seguido de las risas y burlas de la banda. 

-Estaremos en contacto-fué todo lo que Gregor alcanzó a decir mientras salía del bar-.

La oscuridad y el silencio envolvían a las nueve figuras encapuchadas en su marcha hacia Nautilus. Marchaban como sombras fantasmagóricas que se deslizaban sin dejar huella en el polvo del conducto por el que se desplazaban. Si alguien los hubiera visto, podría haberlos confundido con los espectros de aquellos que murieron perdidos en las profundidades. Pero estos espectros iban bien armados con pistolas bolters y afiladas hachas. En el submundo es imposible guardar un secreto durante mucho tiempo, y menos para la hábil red de espías de los Venator. Un rumor aquí, un confidente borracho allá, y finalmente, llegó a los oídos del Jinete Fantasma la historia sobre el tesoro de Spook. 

El dinero que podía conseguirse vendiendo la droga representaría muchas balas para sus bolters, lo que haría que su purga fuera más eficaz, y pudieran mandar más herejes al infierno. Pero eso no era lo importante. La oportunidad de encontrarse frente a frente con las alimañas de otras bandas que sin duda irían atraídas como gordos insectos parásitos al olor de la carroña, era demasiado tentadora para dejarla pasar. Era hora de impartir justicia, y Nautilus se iba a convertir en una trampa. Su trampa.


Nathan tenía ese brillo especial en los ojos. Había pasado casi 72 horas en su santuario, hablando con la máquina. Y ella le había respondido. La inserción de los patrones sísmicos en la matriz cogitadora junto con los planos centrales que había conseguido del cúmulo Palatino estaban dando sus frutos. Había supuesto que si programaba un algoritmo de respuesta, podría predecir cuando, y donde se iban a abrir accesos a bóvedas derrumbadas... y sus tesoros. Por fin, tras tanto tiempo buscando, lo había conseguido. Allí, bajo las ruinas de la espira Nautilus, en Colmena Acrópolis, ese nido de beatos insufribles. Utilizó su inyector de neuroestimuladores y sintió la oleada de adrenalina que lo acompañaba. Salió al exterior, donde sus hombres se encontraban limpiando su armamento de forma disciplinada y metódica, y comenzó a ladrar órdenes. Poncho aprestó su fusil laser y le cargó una célula de alta potencia, mientras sonreía ferozmente. Era la hora de demostrar quien mandaba en 4:26, y de hacerse con un buen botín.



Pensamiento del día -"Los locos andan donde los valientes temen pisar"-


martes, 26 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "FUNERAL"

Fecha estelar 20192603 Kappa Epsilon

"El olor era insoportable, una densa miasma putrefacta, casi visible como una niebla tóxica que cubría la superficie de carne en descomposición.

Todo un tesoro. Su tesoro.

Kurt había pertenecido durante toda su vida a un clan servidor del Gremio de los cadáveres. Su trabajo consistía en recoger los restos mortales de cualquier morador de Colmena Trazior que expirara. Era un trabajo brutal y peligroso. No solo por tener que cargar con el peso muerto de los cadáveres durante jornadas inacabables, sino también por las múltiples infecciones fúngicas y de bacterias necróticas que provocaba el contacto continuo con cuerpos en descomposición.


Los cadáveres eran transportados hasta las cubas de reprocesamiento en el edificio del Gremio, que era conocido como "El Mausoleo". Allí, los agentes del gremio pesaban los cuerpos y entregaban unos créditos a los trabajadores por cada medida de peso, valorando el grado de descomposición y que el cadáver estuviera lo más completo posible. Los muertos se dejaban sobre una cinta transportadora y eran sometidos por maquinaria y operarios enmascarados vestidos de riguroso negro a operaciones para destazarlos, exprimir todos sus jugos en busca de preciada agua, y mas tarde descarnarlos completamente mediante afiladas cuchillas de plastiacero. La carne era disuelta mediante químicos, secada, reconstituida y prensada, para crear las tabletas proteínicas de almidón de cadáver que constituían las raciones standar de los obreros de la subcolmena en Trazior. La sangre, los jugos y los icores del organismo eran cuidadosamente filtrados y compensados, para recuperar toda el agua con la que se daría de beber a la sedienta población del clan.

Solo quedaban los huesos. Algunos se convertían en polvo para pulir metales, o fertilizante para cosechas de hongos comestibles. Otros, los de mejor forma, se usaban para decorar las paredes del mausoleo, sobre todo los cráneos, que miraban burlonamente a cualquiera que se acercara al lugar, como una promesa vengativa de ultratumba.


Kurt adoraba su trabajo, pero quería más. Tras tantos años transportando cadáveres, sentía que tenía una relación íntima con la muerte. Se inició en los caminos de los Necrocultistas, los adoradores de la muerte, y  por eso, cuando encontró el tesoro, se lo quedó para él. Avaramente, esparció conservantes químicos sobre los cadáveres, víctimas sin duda de alguna feroz batalla multitudinaria de bandas, y poco a poco, fué vendiéndolos en el mercado negro, donde pudo sacar una buena tajada por la carne y la sangre. Sin embargo, aún le quedaron los huesos, blanqueados como el marfil.  Usó parte del dinero para comprar escopetas de combate, rifles y pistolas, e incluso una chirriante espada sierra, a los traficantes del gremio, y con el resto tentó a varios jóvenes de confianza del clan para formar su propia banda de guerreros de clan. Se hicieron llamar "Los enterradores", y utilizaron los huesos restantes para decorar su vestimenta. Así conseguían dos cosas. Mostrar su afiliación al Gremio de Cadáveres, y enseñar a las claras cual era el destino que podía esperar cualquier enemigo de su banda. 



La banda de Kurt pronto se hizo famosa por su fría crueldad, y por no dejar a ningún cuerpo tras ellos. Cada uno de los enemigos que asesinaban, se convertía en parte del tesoro de la banda, con su carne y su sangre vendida por peso al mejor postor, y sus huesos decorando las vestimentas de su grupo. Mack llevaba un chaleco hecho con la caja torácica de un pandillero de subcolmena, Nigel repiqueteaba con el ruido de varios fémures que colgaban de su cinturón a modo de garrotes, y el propio  Kurt llevaba en la hombrera de su armadura el hueso facial de un miembro de la banda que había osado desafiarle por el liderazgo del grupo.




Los enterradores adquirieron un gran territorio, y esto les hizo entrar en contacto con todo tipo de negocios turbios. Los mercaderes del Gremio se hicieron eco de su fama, y les ofrecieron contratos muy lucrativos de protección y asesinatos por encargo, que les enriquecieron aún más. Una frase corrió rápidamente de boca en boca por todo el submundo, entre susurros....

"Si vas contra los Enterradores, prepara tu funeral".

Pensamiento del día -"La muerte es una recompensa en sí misma"-

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "VICTIMA DE LA MODA"

Fecha estelar 20192603 Kappa Omega

"Los chicos estaban un poco intoxicados, ansiosos y con el ánimo juguetón y perverso. Así era como a Dandy le gustaba hacer las cosas. ¡Únete a los Jester Snakes!, ¡diversión sin límites!, ¡no hay nada mejor!. Podrían ser sus slogans, si Dandy se dedicara a la publicidad. Pero Dandy, como todo bratt hastiado de la absurda pompa y circunstancia de las familias nobles de la cúspide, tenía otras dedicaciones. Sus familiares, por supuesto, no estaban de acuerdo. Cuando con apenas 5 ciclos destripó al carísimo Gyrinx-mascota importado de su hermana mayor usando un cuchillo de cocina que nadie había echado en falta antes, lo dejaron pasar, travesuras, dijeron. Su madre, sin embargo, no pudo reprimir un escalofrío ante la inocente respuesta de Dandy cuando le preguntó el por qué.

-"Porque podía hacerlo".

Más tarde, los abusos del excéntrico hijo de aquella noble familia comenzaron a ser un poco más difíciles de ocultar. Con 8 traslaciones envenenó a las sirvientas de su madre con toxinas necróticas, porque quería ver como se pudrían lentamente. A las 10, una de sus hermanas pequeñas se suicidó estando él presente, tragándose un vaso de cristal a trozos mientras lo miraba aterrada, como buscando una salida desesperada. A las 13, tres compañeros suyos de la academia scholástica ardieron dentro de su lujoso coche, con las sedas perfumadas de sus atavíos convertidas en un infierno grasiento tan caliente como el promethium de un lanzallamas. 

La gota que colmó el vaso llegó a las 17. Una traslación antes de que llegara su puesta de largo en sociedad, Dandy ya había fundado a su banda de bratts, los Jester Snakes. Al principio lo hizo por puro tedio, buscando un chute de adrenalina que el abuso de prostitutas esclavas bio-esculpidas, el subidón de "Ariete" y las ensoñaciones de obscura, no le podían proporcionar.


Dandy estaba podrido por dentro, y lo sabía. Pero no era ningún estúpido, ni un cobarde. Así que fingía. Fingía ser un candidato viable a heredar la fortuna y los contratos comerciales de su familia. Fingía interesarse por la salud de sus progenitores. Fingía interés en los estudios y la esgrima. Pero su pasión era vestir su obsceno traje de sedas perfumadas reforzado con polímeros antifragmentos, fijarse su peinado extravagante, y junto con otro grupo de desalmados perversos, tan podridos como él, descender durante los ciclos nocturnos a las colmenas inferiores buscando víctimas a las que perseguir, asesinar, violar y torturar. No debió llevarse los trozos más jugosos de aquellas chicas a su mansión, claro. Pero le había entrado hambre, y en ese momento, ni siquiera le dió importancia. Sus hermanos le denunciaron ante el patriarca de la familia, y este decidió expulsarlo. Había límites en la depravación, incluso para un noble, y esto rozaba la herejía mas horrible. 

Esa noche, Dandy robó la espada monomolecular de la familia, tan afilada como la más potente espada sierra, y con ella fué matando, uno por uno, a todos sus hermanos y hermanas. Con su madre se tomó su tiempo, y obligó al viejo a mirar, antes de arrancarle los ojos  y convertirlo en un pingajo sanguinolento que suplicaba por su vida. Robó todo el dinero que pudo de las arcas familiares, hizo algunas llamadas a sus compinches más incondicionales, y, enfundándose ensangrentado en su verdadera piel, el traje de sedas de los Jester Snakes, huyó con ellos al submundo, a matar, o a morir, pero sobre todo, a divertirse mientras lo hacían. Cuando el dinero se acabó, empezaron a cogerlo a sus víctimas. Después de todo, estaban ahí para vivir o morir a su capricho, solo existían para su diversión y la de sus chicos. Snively, que se excitaba sexualmente cortando con navajas a chicos pequeños, Creepy, al que le gustaba jugar con los cadáveres en privado, o Pinky, que estaba totalmente más allá de la realidad por la obscura que fumaba constantemente. Buenos chicos, buenos tiempos.....


Dandy estaba recordando todo esto mientras los efectos del "Spook" se reducían en su organismo. Bajo los efectos de la potente droga psico-activadora, había alucinado con las sensaciones del viaje por el inmaterium sin protecciones Geller, había experimentado el gozo de desgarrar con sus zarpas las blandas entrañas de una presa y masticar sus órganos mientras los jugos y la sangre le corrían por una cara reptiliana, habia visto el pasado, el presente, y el futuro...Lo había visto todo....Y con un chasquido seco de retroalimentación química, volvió a la aburrida realidad.



El pandillero colgaba boca abajo suspendido del techo por un cable eléctrico por los tobillos. ¿Quién era?,no podía recordarlo. No tenía ningún tatuaje de banda, pero claro, tampoco es como si tuviera piel que revisar.... Se fijó en que estaba cubierto de sangre, y llevaba un cuchillo de desollar en la mano. Había estado ocupado durante su viaje, al parecer. Soltó una risita nerviosa. Tras él, repantigados en cojines mullidos y lujosos esparcidos entre los escombros del lugar, su banda se dedicaba a esnifar, inyectarse y fornicar con una maltratada cautiva por turnos. Solo otra noche de juerga. Oyó un gorgoteo sanguinolento, y se volvió con una mueca satisfecha, ronroneando como un gato mientras las luces de neón brillantes reflejaban las fosforescencias del tatuaje serpentino que decoraba su cabeza rapada.



- ¿Por...por...por queeé?- dijo la pobre ruina humana agonizando.

- ¿Que por qué?, ¿preguntas por qué? - dijo Dandy con una voz suave y afectada, mientras sonreía perversamente.

-Porque puedo hacerlo. - Y con un hábil giro de muñeca, le vació su globo ocular derecho, mientras acompañaba con una diabólica carcajada el agudo grito del prisionero. "

Pensamiento del día  -" La paz es el infierno"-  

lunes, 25 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "LA DESPEDIDA DE JEREMIAH"

Fecha estelar 20192503 Epsilon Thau

"-Llévate tu abrigo, cariño, hará frío allí...- Dijo su madre entre toses con voz triste, cascada por la edad y el humo de Lho.

Jeremiah observó a sus padres. Su madre aún no había entrado en la treintena, pero el trabajo en la reprocesadora minera la había envejecido prematuramente, hasta convertirla en una anciana reumática. Sin duda su afición al lho no había contribuído mucho a salvar sus pulmones, ni la humedad de la pequeña casita torcida de chapa donde vivían. Todas las mañanas, esputaba un pútrido pus mientras gorgojeaba agónicamente. Un día, habría más sangre que pus, y el gremio de cadáveres se la llevaría para convertirla en alimento para otros moradores de la Colmena Trazior.

Su padre era un hombre basto, con las facciones ásperas, que parecían talladas brutalmente por el cuchillo de algún pandillero con mal pulso. Era un hombre duro, brutal, pero también justo. Como siempre, no decía nada, sólo le miraba con esos ojos cansados suyos, enrojecidos por el polvo de la reprocesadora bajo esas espesas cejas. Sin embargo, el brillo húmedo que sus ojos hoy delataba algo más. 

Sin mediar palabra, su padre se metió la mano bajo la túnica desgarrada de tela basta, y sacó un viejo cuchillo con mango de plástico, metiéndoselo en su cinturón. Le puso la mano en el hombro derecho y la dejó descansar allí brevemente, dándole un firme apretón.



Su madre se despidió con lágrimas, dándole un hatillo con algunas provisiones, y la engorrosa chaqueta de fibra de polímero que había llevado desde que podía andar. Ahora le estaba algo pequeña, al fin y al cabo, tenía 14 traslaciones completas. Ya era un adulto.

-Que tengas suerte, Jeremiah, y recuerda, no hagas enfadar al Jinete Fantasma, haznos sentir orgullosos. -Con éstas palabras su madre se despidió de él.

Jeremiah empezó con pesados pasos su nueva vida. Tras él abandonaba los días de hambre, el trabajo agotador recogiendo chatarra en el vertedero, y los juegos infantiles con los otros niños que no habían muerto de hongo pútrido o aplastados por alguna vagoneta de mineral. Una semana antes, el brutal ruido de las Hover-motos había llegado al pequeño asentamiento de Plasteno, tan insignificante que no tenía ni nombre, y bajo la tenue luz de las antorchas, el encapuchado, heraldo de los Laser Ghost, había pronunciado su nombre, Jeremiah, como reclamado para servir al Jinete Fantasma.



Tenía miedo. Circulaban muchas historias sobre el Jinete Fantasma. Que era un noble depravado que violaba a sus pupilos y los torturaba con agujas. Que era un monstruoso mutante que ocultaba su cara bajo la máscara de cuero recubierta de oro. Que era un salvaje pandillero que mataba sin razón ni concierto. La más terrorífica de todas, no obstante, era la que decía que el Jinete Fantasma no existía. Que en realidad, bajo su máscara y su capucha de verdugo, sólo había sombras, frías y oscuras, que absorbían el alma de todos los que decapitaba con su afilada hacha de energía.

Pero también era un honor. Jeremiah podía convertirse, si era digno, en un Venator, un agente de la justicia (que no de la ley), en este infierno que era la Colmena Trazior. Un poderoso guerrero que traería fama y fortuna a su asentamiento, bajo la protección de los Laser Ghost, combatiendo contra las impías bandas de alimañas que poblaban su sector.

Tras un ciclo de arduo trayecto a través de los vertederos, por fin llegó a su destino. Un antiguo vertedero de mineral, vacío y fantasmagórico. A su siniestra estampa hoy, se sumaba una hilera de antorchas encendidas, alimentadas con grasa de rátido, que dejaban un rancio olor en el aire y daban una luz crispada, amarillenta. Jeremiah, con el corazón encogido, ascendió los peldaños que llevaban hasta la galería principal, y cuando llegó al umbral, oyó una voz cavernosa y fría, como el frotar de dos cuchillos bien afilados.

-"¿Quién se presenta ante mí?" -susurró, como una promesa de condenación.

- Yo....yo soy Jeremiah, del clan de los mineros, hijo de Uba y Danek. -Respondió con voz quebrada por el pánico..

-"Acércate pues, Jeremiah, y entra en la oscuridad".

Jeremiah entró al interior de la caverna, y de pronto la oscuridad lo rodeaba completamente. No tenía ninguna fuente de luz, y por tanto, era incapaz de ver nada a más de 1 metro. por fin llegó a un círculo de luz blanca y fría en el centro de una sala. Las sombras alrededor suyo se movían danzantes, y oía algunas pesadas respiraciones y susurros apagados.

Jeremiah se postró de rodillas, con las manos sobre el corazón y la cabeza gacha, esperando a que le hablaran.

De nuevo habló la voz afilada...

"Ante tí hay una herramienta de Justicia, Jeremiah".

El chico miró y vió una pesada hacha de ejecución ante él, pulida como un espejo, y afilada como las mandíbulas de un Ambull.

-¿Que....que he de hacer, señor?

"Se ha dictado sentencia, y has de impartir justicia." - Jeremiah vió una figura desnuda, con una capucha de tela oscura cubriéndole el rostro por completo. El hombre estaba flaco y pálido, y tenía una fina película de sudor recubriendo su cuerpo.

Jeremiah, con un vuelco en el corazón, vió que era lo que se esperaba de él. Tomó la pesada hacha con una mano, arrebató la capucha al reo y se preparó para dar el golpe fatal. Sólo esperaba no fallar y hacerlo sufrir, debía ser preciso y letal....Entonces Jeremiah se fijó en su víctima. Era joven, no mayor que él. Un chico de su edad, con una cara familiar.

Bajo la fuerte mordaza que le cerraba la boca, reconoció a Zeb, un chico que se dedicaba a coger hongos en un asentamiento vecino, con el que no hace tanto jugaba, fingiendo ser guardias imperiales que luchaban con los orcos, o gloriosos marines espaciales del emperador. Su amigo le miraba con ojos cuajados de lágrimas, implorando.

Pero Jeremiah tenía fe, y no dudó.



Cuando la cabeza del preso rebotó contra el suelo, y la sangre de sus arterias salpicó caliente su cara y sus manos, mientras goteaba de su hacha, Jeremiah se sintió con el estómago vuelto del revés, el olor era.... Entonces sintió unas manos que surgían de la viva oscuridad tras él, que cubrían su cara con una máscara de cuero con rasgos grotescos. Se dió la vuelta para ver, por fin, al Jinete Fantasma. Y oyó por última vez su voz...

-"Ya no eres Jeremiah. El  hijo de Uba y Danek ha muerto hoy, en ésta sala. Ahora, y por siempre, eres la Justicia, la máscara, la capucha y el hacha. Ahora y hasta el fin del Imperio eres un Laser Ghost, y sirves al Jinete Fantasma, y al Emperador"



El niño sin nombre aferró con fuerza el hacha ensangrentada, y pronunció dos últimas palabras.

-Así sea.

Pensamiento del día: -"Nadie es inocente, sólo hay distintos grados de culpabilidad"-


HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "EL FANTASMA DE LA MÁQUINA"

Fecha estelar 20192503 - Epsilon Theta

" Ha perdido de nuevo. ¿Desea jugar otra partida?.

La voz mecánica, hueca y sin inflexiones de la máquina resonó desde su altavoz cromado en los oídos de Nathan. Era perfecta, infalible, inmutable en su mente de silicio y plastiacero. Por eso estaba de tan mal humor. Algo no iba bien.

Rick y Poncho, dos de los miembros más veteranos de la banda Tech conocida como 3'141, miraban preocupados a su lider. Nathan era un buen lider, duro como el adamantio de su ciber-brazo y calmado como una máquina bajo el fuego más intenso del combate. No entendían el por qué de la obsesión que le atormentaba. Jugaba y jugaba partida tras partida de regicida contra la pantalla controlada por un primitivo espíritu máquina cuyos componentes orgánicos estaban envasados en un frasco al lado de la consola de la pantalla, suspendidos en una solución verdosa. Siempre perdía, lo cual es lógico, al fin y al cabo, los espiritus máquina son infalibles. Cerebros humanos sin el problema de los sentimientos, pura matemática, un avatar perfecto del Omnissiah. Ellos suponían que era algún tipo de experimento, o una forma de perfeccionar su juego, pero la obsesión de su líder y su expresión al jugar, les daba escalofríos.


El grupo de combate y autoprotección 3'141 se había formado por el carisma de Nathan. El era quien había reunido a todos sus miembros personalmente, buscando a los más inconformistas de entre los Tech de Colmena Trazior. Se decía que Nathan era un hábil programador de cogitadores, uno de los mejores, de hecho, al servicio de los clanes nobles de la Espira. Pero algún hecho oscuro, algún tipo de traición, le hizo caer en desgracia, y por ello se convirtió en un forajido que tomó el camino de las armas.

La banda estaba bien provista, gracias a los contactos que Nathan tenía con el gremio de comerciantes, por lo que contaban con los mejores rifles láser de fabricación necromundana, auténticos fusiles NPLG con una potencia de 150 megatules, capaces de disparar tiro a tiro, o en fuego automático una ráfaga de abrasadora muerte. También contaban con implantes biónicos de alto rendimiento, como el brazo de Nathan, y por supuesto, su fiel bolter modelo Godwyn, muy modificado, con el que convertía a sus enemigos en pulpa.



Los 3'141 decían llamarse así porque su nombre, según Nathan, significaba el infinito. Nathan era un idealista, que pensaba que los tecnócratas y la ciencia deberían gobernar a las masas, y no las locuras de la herencia genética, tan aleatoria como una pelea de rátidos, o las supersticiones. Creía en el emperador y en el imperio, es sólo que pensaba que los recursos del Imperium se estaban desperdiciando. Algunos de los miembros de 3'141, como Rick pensaban que Nathan había sido un alumno de los tecnosacerdotes de marte, pero que estos, asustados de su potencial, lo habían echado. Nathan tenía otro motivo para haber elegido ese número para nombrar a su banda, pero no lo compartía con el resto. Era lo que los antiguos matemagos llamaban "número irracional", un error que acecha a la ciencia como un desgarrón en el inmaterium acecha a la realidad.

En realidad nadie sabía nada con certeza, pero Nathan era un líder fiero y capaz, y sin duda iba a convertir a los 3'141 en la banda mas temida de Colmena Trazior. ¿Qué importaba que tuviera un secreto?, ¿ qué importaba cual fuera ese secreto?. Mientras todo fuera bien, y los créditos llegaran, nada de eso era importante.


Esa noche, mientras los demás miembros de la banda discutían detalles sobre los términos del último contrato del gremio que habían aceptado, Nathan volvió a sentarse delante de la pantalla para jugar una vez más a regicida. La partida fué interesante, feroz incluso, apasionada, y finalmente, Nathan fué recompensado con la hueca voz de la máquina a través del vocooperador. "Ha ganado, ¿desea jugar otra partida?". Había una nota de furia mecánica, casi imperceptible, posiblemente solo una alucinación, pero Nathan la había notado, y sonrió. Rápidamente miró en derredor, y cuando supo que nadie le observaba, borró el registro de su victoria (el tercero en estos 2 meses), y sutilmente volvió a conectar la clavija del componente orgánico del cogitador, que había estado, todo este tiempo, colgando inerte de su vasija.



"Abominable, dijeron...Tecnohereje, me llamaron"- Pensó Nathan.

"Esos imbéciles ciegos vestidos de rojo no saben lo que dicen... Pero tú sí, ¿verdad? (una fría luz verde parpadeó en la consola). Tú si.... y sonrió."

Pensamiento del día: -"Sólo los locos prosperan"-


domingo, 24 de marzo de 2019

HISTORIAS DE COLMENA TRAZIOR "POR UN PUÑADO DE CRÉDITOS"


Fecha estelar 20192403 - Epsilon Delta

" Sólo hay dos cosas en éste mundo, miedo y polvo.

El mundo de Logan es un planeta árido, casi desprovisto de toda humedad, achicharrado bajo el fuego de sus dos soles binarios. Nadie sabía quien era Logan, o como había acabado colonizando ésta roca seca perdida en mitad del Segmentum Obscurus, casi dentro del Ojo del Terror. Pero estaba claro que era un tipo duro, y un superviviente, o ni lo habría intentado. Quizás por eso, el mundo de Logan estaba habitado tan solo por duros supervivientes.

Moreno estaba sentado en la Cantina de Helsreach, el principal asentamiento "civilizado" de este mundo infernal. Mientras sorbía con desinterés su magra ración de agua. A su alrededor estaban los miembros de su grupo de mercenarios, con sus pinturas de guerra blancas cruzándoles la cara a la altura de los ojos. En el bar, todos los demás les cedían sitio. Mineros de prometio disfrutando de su permiso, traficantes de agua buscando clientes, punkies famélicos de Helsreach. Incluso esos apestosos alienígenas orcos esclavistas. La fama del grupo de Moreno, los "Cyclo Boys" era bien merecida. Se habían ganado a pulso su fama luchando contra los bandidos de las colinas del mundo de Logan en salvajes tiroteos para proteger los Hoverbuses que traían el mineral al espacio puerto de Helsreach. Todos ellos provenían de una antigua unidad de la guardia imperial nativa del Sector Loki, hecho que se reflejaba en su tez mas oscura, y sus acentos ásperos. Sus nombres reflejaban este hecho. Moreno, Elvira, Canario, Cerezo.... Nombres exóticos en este mundo de Logan, y en muchos otros.


Entonces llegó el tipo. Era flaco y paliducho, de aspecto enfermizo y con unas pesadas gafas de sol. No parecía acostumbrado ni a la temperatura, ni desde luego al sol. Pero sus ropas eran lujosas en extremo, y gastaba dinero con largueza. El tipo, en el que Moreno empezó a pensar como "El rátido", por sus dientes prominentes, les habló de un encargo que podrían hacer para él en otro mundo. Un asunto turbio de protección. Les habló de su planeta, un oscuro agujero en el Segmentum Solar, uno de esos abarrotados mundos colmena llenos de afeminados adictos a la obscura. Moreno fingió desinterés, hasta que habló de dinero. Más dinero del que había oído hablar nunca.


Las semanas en el espacio disforme eran aburridas, pero el y sus hombres aprovecharon para entrenar sus letales habilidades de combate. El "ratido" se ponía nervioso cuanto más se acercaban a su planeta natal, y parloteaba sin cesar sobre vendettas, asuntos que tratar y cuentas que saldar. 


Por fin desembarcaron en el espacio-puerto de la cúspide de Colmena Primus. Un mundo infecto, cubierto de nubes tóxicas de las que solo sobresalían las puntas de sus colmenas. El rátido estaba henchido de orgullo y satisfacción, su venganza se acercaba.

Mientras Moreno y sus hombres recogían su equipo del hangar, el rátido saludó a un conocido, uno de sus familiares, según él. Lo siguiente que Moreno vió fué como empezaron a surgir hombres con armaduras negras de todas partes, armados con potentes escopetas de combate. ¡Arbiteeees, a cubierto!-gritó. La cabeza del "rátido" se convirtió en un geyser de sangre cuando un potente rifle de francotirador se la arrancó de cuajo de un preciso disparo. Y se produjo el caos. Los hombres de Moreno, disciplinados, devolvieron el fuego de forma salvaje contra los arbites, y aunque tuvieron muchas pérdidas, un pequeño grupo de aproximadamente 15 de ellos consiguieron escapar, no sin grandes dificultades.


Moreno consiguió, mediante una hábil mezcla de intimidación y sobornos, escapar de la Colmena Primus junto a sus hombres, pero los créditos se terminaron cuando llegaron a la Colmena Trazior. Desprovistos de patron, y sin dinero, Moreno empezó a aceptar contratos de los comerciantes del gremio, como mercenarios, y a hacerse un nombre en la Colmena a sangre y fuego. Pronto estos "rátidos" iban a saber lo que son hombres de verdad. Pronto iban a temer el nombre de los "Cyclo boys".


Moreno despertó de su ensoñación producida por la Obscura, fumada en pipa de agua, en la casa de apuestas de peleas de Arañas que regentaba su banda. Bolu y Elvira hacían un pulso sobre una desvencijada mesa, mientras Canario y Cerezo trasegaban una botella de "Segundo mejor" a tragos largos. Les había contactado un Comerciante del gremio con una jugosa oferta, y por ello, una vez más, los Cyclo Boys se iban a jugar la vida por un puñado de créditos."

Pensamiento del día -"Bebe hondo de la copa de la victoria, y recuerda a los caídos"- 

viernes, 22 de marzo de 2019

BANDAS DE COLMENA TRAZIOR (FORAJIDOS)


Fecha estelar 20192203 Alpha - Epsilon

No todos los miembros de bandas que combaten en Colmena Trazior han nacido tras sus muros de adamantio. Al ser Trazior una colmena comercial, cientos de miles de viajeros pasan por sus puertas cada día, viajando desde otras colmenas, o incluso desde otros planetas. En cada oleada de visitantes, se encuentran grupos criminales o mercenarios sin patrón, que terminan afincándose entre la estructura cuasi-feudal que compone la colmena, y haciéndose un sitio a sangre y fuego entre sus muros de adamantio. Hay una infinidad de pistoleros a sueldo y mercenarios de todo tipo que por unos créditos que gastar en alcohol, una dosis de obscura, o una noche con prostitutas, matarán con alegría a cualquiera que les sea señalado por sus patrones. La mayoría de estos individuos son inadaptados, forasteros y asesinos, que trabajan de forma eventual por un sueldo, y pasan el resto de su existencia en solitario, alejados de los habitantes de Colmena Trazior, que los marcan como a forasteros peligrosos y poco fiables.




Sin embargo, a veces se da el caso de que estos forajidos fundan grupos mercenarios para acciones de envergadura, y en ocasiones funcionan tan bien como equipo que su asociación sobrevive al trabajo realizado. Estas bandas mercenarias son tremendamente peligrosas, porque suelen tener una ecléctica mezcla de pistoleros desesperados, expertos mercenarios duros como el plastiacero, veteranos de guerras contra monstruosos alienígenas, desertores y psicópatas de la mas baja de las raleas. Cuando estos descastados colaboran entre ellos, son malas noticias para sus oponentes, dado que su experiencia, y la calidad  de sus armas, los suele poner muy por encima del habitante medio de la Colmena Trazior.


Algunos de estos forajidos provienen de clanes destruidos, siendo ellos los últimos representantes del mismo, y asociándose con otros de igual fortuna. Otros son forasteros provenientes de otras colmenas, con costumbres extrañas, pero compartiendo el espíritu indómito y salvaje de todos los habitantes de necromunda. Pero aún hay grupos más extraños. Bandas de mercenarios ultramundanos, venidos de mundos letales sin ley y reclutados de entre las tribus primitivas más salvajes o desertores de los teatros de guerra más letales de la galaxia. Estos veteranos siembran la destrucción y asombran con sus costumbres y vicios extraplanetarios, añadiendo su variedad al asombroso crisol de culturas que es Colmena Trazior.



Las bandas de forajidos acostumbran a estar bien equipadas, al ser sus armas su herramienta principal de trabajo, y algo que mostrar para atraer a posibles clientes de sus habilidades. Eficientes tiradores, furtivos acuchilladores, hábiles espadachines, infiltradores nocturnos y especialistas en demoliciones, todo tipo de asesinos de probada habilidad y dureza forman estos escuadrones de la muerte a sueldo que, liberados a sus propias pasiones, inician negocios ilegales con la misma alegría que el habitante de Colmena Trazior más depravado y salvaje.

Pensamiento del día -"Por cada héroe honrado, miles mueren abandonados a su suerte y olvidados"-

BANDAS DE COLMENA TRAZIOR (CARROÑEROS)


Fecha estelar 20190322 Alpha - Gamma

En las profundidades del submundo de Colmena Trazior, existen criaturas deformes, alejadas de la humanidad, que portan la abyecta marca de la mutación en su carne. Estas mutaciones son causadas por los muchos contaminantes químicos y radioactivos procedentes de la industria pesada manufacturada por los clanes, y sus residuos tóxicos permean capa tras capa hasta quedar sedimentados en pozos, ciénagas corrosivas y depósitos de material radioactivo que mutan y deforman a los habitantes más miserables de Colmena Trazior, los carroñeros. 


Los carroñeros son los mas miserables y desesperados, condenados a vivir en desiertos tóxicos y agujeros infernales donde el agua, el alimento, el aire, e incluso la luz, son cosas por las que vale la pena matar o morir. En estos pozos de deshechos, reptan feroces bandas de inadaptados y desterrados, que conviven con sus horribles deformaciones y forman grupos dedicados a la caza y recolección de alimañas tan mutadas como ellos mismos, a explotar los recursos olvidados en cámaras contaminadas y perdidas del submundo, y a luchar ferozmente por las migajas de los habitantes de los niveles superiores. Las bandas de carroñeros y mutantes son agrupaciones mas parecidas a manadas de animales, donde el macho alfa del grupo impone una tiranía brutal, matando (y habitualmente devorando) a cualquiera que desafíe su liderazgo. El incesto, el canibalismo, y otros horrores son actos comunes y naturales para estas criaturas, que nada tienen que perder en su miserable existencia.


Los carroñeros son feroces oponentes, debido a que por la dureza de su entorno, tan solo los mas salvajes y despiadados sobreviven. Muchos de los mutantes más deformes son rápidamente sacrificados y consumidos por sus semejantes, pero algunos de ellos hacen de sus deformidades una virtud y se aprovechan de ventajas antinaturales como garras, tentáculos, y otras mutaciones horripilantes con las que superar en combate a sus enemigos. Mal armados, y pobremente liderados, estas bandas no deberían ser una gran amenaza para las poderosas bandas de habitantes de Colmena Trazior. Sin embargo, es su número, y su determinación por sobrevivir, así como el salvajismo que da el hambre y la desesperación lo que les hace fuertes y peligrosos. Muchos orgullosos pandilleros han terminado sus días despedazados sobre la fogata de un campamento de carroñeros, mientras los mutantes mastican su carne y sorben el tuétano de sus huesos. 


Las bandas de carroñeros mas poderosas buscan un hueco entre la sociedad de la Colmena Trazior, en los niveles inferiores, donde las mutaciones son vistas con menos odio, y se dedican a los mismos negocios que el resto de facciones de Trazior. Venden esclavos, recolectan depósitos de Spook u hongos sin procesar del fondo de la colmena, y a cambio compran armamento y municiones que puedan emplear en sus correrías. Perseguidos por las autoridades imperiales y las tropas del gobernador, los carroñeros y mutantes viven una vida de forajidos, ocultos en los márgenes del violento submundo, y acechando a sus presas con sus cuchillos oxidados y sus miradas turbias ávidas de carne y sangre. 

Pensamiento del día -"La humanidad es un océano, si unas gotas están contaminadas, entonces el océano está contaminado"-

jueves, 21 de marzo de 2019

BANDAS DE COLMENA TRAZIOR (VENATOR)


Fecha estelar 20192103 Delta Kappa

No todas las bandas de Colmena Trazior pertenecen a un clan, o son fueras de la ley. Algunas de las bandas, de hecho, la representan. Incluso en un mundo tan violento y anárquico como lo es Necromunda, es necesaria la imposición de la ley. Más allá del férreo brazo de los Adeptus Arbites, que representan la autoridad imperial, o las Fuerzas de Defensa Planetaria, bajo las órdenes del Gobernador Imperial Helmawr, se encuentra un limbo gris en el cual se esconden muchas injusticias. Cuando alguien tiene una deuda que saldar, acude a los Venator. Los Venator son cazarrecompensas, sicarios a sueldo, justicieros, verdugos, todo ello y mucho más no alcanza a representar el verdadero papel que estas siniestras figuras enmascaradas cumplen en la sociedad de Colmena Trazior. 


Los Venator forman parte de una larga tradición, hecho que se refleja en su extravagante y anacrónica vestimenta. La capucha de verdugo, las hachas de ejecución, y sobre todo, las máscaras grotescas de cuero que ocultan sus rostros, son parte del uniforme de esta organización informal. Nadie sabe quienes son los Venator en su día a día. Desde el comerciante de agua que cruza los desiertos tóxicos entre cúpulas derruidas al noble decadente que pasa sus días ensimismado en naderías, pasando por el desesperado mercenario a sueldo que adorna el suelo de las cantinas del submundo. Todos pueden ser un Venator en secreto, y todos pueden estar reuniendo información para una posterior purga en la que el acusado es juzgado sumariamente y posteriormente ejecutado por decapitación de forma ritual con sus siniestras hachas. 


Esta secta se remonta a tiempos inmemoriales, y cuenta con sus valedores en todos los estratos sociales de Colmena Trazior. En ocasiones, las bandas de Venator no son convocadas para un linchamiento concreto, sino que se establecen como patrullas de vigilantes que protegen una zona en concreto. ¿Qué protegen y a quién?, nadie parece saberlo. Solo el silencio más siniestro acompaña a los Venator en sus actuaciones, hasta que en ocasiones se oye una siniestra carcajada, o una sentencia dictada con una voz que hiela el corazón del acusado. Las bandas de Venator realizan frecuentes purgas de mutantes, psíquicos y otros indeseables con una tremenda crueldad, torturándolos salvajemente hasta que les permiten la misericordia de sus afiladas hachas, y sus cabezas rebotan contra el suelo. Paradójicamente, los Venator también se dedican a muchas actividades que podrían ser consideradas ilegales para el ciudadano común. Pero ellos consideran que el sagrado deber que acompaña la máscara grotesca es una llamada más elevada que las leyes comunes, y que están por encima de la justicia de los simples mortales. Solo el emperador puede juzgarles, y solo en la muerte acabarán su servicio.



Pensamiento del día: -" Mata al mutante, quema al hereje, purga al impío"-

BANDAS DE COLMENA TRAZIOR (BRATT)



Fecha Estelar 20192103- Delta Epsilon

Otro tipo de banda que puebla la Colmena Trazior son los nefastos "Brats". Los Brats, o mocosos, son los hijos de las familias nobles que habitan en la parte superior de Colmena Trazior. Estos viven rodeados de lujos inimaginables para los humildes habitantes de la ciudad colmena. Bares donde se pueden aspirar aromas de otros mundos embotellados, drogas alucinógenas capaces de despertar las habilidades psíquicas latentes de aquel que las tome, sedas de brillantes colores hechas con exóticos hilos derivados del cadáver de especies ya extintas, burdeles donde se puede consumir carne humana fresca directamente de las prostitutas, proyecciones estroboscópicas hipnóticas que causan vívidas alucinaciones... Ningún vicio ni perversión está fuera del alcance de los llenos bolsillos de estos malcriados cachorros de la aristocracia de Necromunda. 


Sin embargo, llega un momento en que el vicio y la corrupción no alcanzan a llenar el corazón yermo de estos psicópatas, por lo que deciden reunirse en pandillas y experimentar el subidón de la adrenalina que supone el bajar "de caza" a los niveles inferiores de Colmena Trazior. Enmascarados  y embozados en obscenas sedas de lujoso olor almizcleño, y armados con el mejor armamento que el dinero de sus padres pueden pagar, estos sociópatas bajan a los niveles inferiores para luchar por placer depravado lo que sus súbditos solo combaten por pura supervivencia. Crueles en extremo, los Brats son expertos torturadores, que elevan a la categoría de arte el causar sufrimiento a sus semejantes. Su capricho es causar dolor a aquellos que consideran subhumanos, es decir, todos aquellos no nacidos en familias privilegiadas. Finalmente, cuando su ansia de sangre ha sido saciada, estos monstruos desalmados desandan el camino hacia su vida de privilegios en la cúspide, dejando tan solo devastación, ruina y dolor a su paso, para solazarse en el lujo sin fin que viste las tres cúspides de Trazior, y escapar del justo castigo que merecen sus horrendas fechorías.


En el correr de sus "travesuras", los Brats a veces llegan muy lejos en sus incursiones, permaneciendo semanas, e incluso años, moviéndose de forma independiente por el submundo y sin depender de la riqueza de sus padres. Estos padres no protestan ni se escandalizan por la maldad de sus hijos, sino que la condonan y aprueban como un rasgo para "potenciar su carácter". Esto prueba que los nobles adultos de Trazior son tan desalmados como sus vástagos, si no más. Los Brats que deciden permanecer en el submundo, pronto establecen sus refugios en todos los lugares donde pueden torturar a los habitantes de la colmena inferior, y se dedican a prácticas de saqueo, tráfico de drogas, venta de armas y contrabando incluso de artículos de las cúspides, imposibles de obtener para los habitantes del submundo. Este tipo de actividades, no obstante, tan sólo son un medio más para sufragar sus caros vicios, algunos de los cuales se encuentran en abundancia en el oscuro crisol de almas que es el submundo de Colmena Trazior.



Pensamiento del día: -"Es mejor morir por el Emperador que vivir para tu propio beneficio"- 

BANDAS DE COLMENA TRAZIOR (TECH)



Fecha Estelar 20192003- Bravo Gamma

El siguiente tipo de banda que suele encontrarse en la Colmena Trazior son las bandas de autodefensa de los TECH. Los Tech son clanes de especialistas en tecnología que trabajan para (o son propiedad de) los clanes industriales. Los Tech se dedican principalmente a labores de mantenimiento de la inmensa y arcana maquinaria industrial que facilita la producción de mercancías necesaria para el funcionamiento de los clanes, así como los delicados sistemas de soporte vital que reciclan los recursos vitales dentro de la colmenta, tales como el agua, el aire, y los alimentos.

Al ser Necromunda un mundo agotado de todos sus recursos naturales, todos los alimentos son importados del exterior. Esto funciona para las clases altas, y la nobleza, pero las clases bajas solo pueden esperar alimentarse de tabletas proteínicas hechas con "Almidón de cadáver" extraído de su propia población. Cada cadáver es exprimido para extraer su agua, y cualquier contenido nutritivo, procesado y posteriormente servido a compatriotras en una especie de sistema caníbal contínuo. Del mismo modo, el agua ha pasado al menos por 10 sistemas digestivos hasta que llega el momento en que un miembro de las clases humildes puede consumirla, y el aire ha sido reciclado hasta 100 veces en su camino desde las cúspides, más allá de las nubes tóxicas que cubren la atmósfera, hasta sus pulmones. 

Debido a estos problemas para la subsistencia en la colmena, los Tech se revelan como un recurso vital, que intentan controlar todas las facciones de la colmena. Dotados con conocimientos prácticos sobre tecnología, aunque su nivel no sea comparable al de los venerados adoradores del Omnissiah, los Tecnosacerdotes rojos de Marte, los Tech representan pues una faccion poderosa en sí misma en la Colmena Trazior, y un bien valioso para las casas a las que sirven. Al ser habitualmente intimidados, esclavizados, o extorsionados por bandas renegadas para colaborar con los intereses de otros clanes y casas, los Tech aprendieron pronto a organizarse en bandas de autodefensa muy eficaces. Pese a no ser combatientes feroces y carecer del instinto asesino de un guerrero de clan, la crueldad psicopática de un mocoso Brat de la cúspide, o el salvajismo desesperado de un carroñero mutante, los Tech suplen estos problemas con un profundo conocimiento de la tecnología, armamento preciso y potente, e implantes cibernéticos, que son su marca de identidad particular.



Los líderes Tech reúnen a los jóvenes más audaces de entre ellos, equipándolos con el mejor armamento disponible para su protección, y para que puedan superar con su potencia de fuego a cualquier banda rival. Una banda de Tech en pie de guerra puede generar un despliegue de disparos capaz de abatir al enemigo más decidido, y hacerle retirarse del territorio Tech. Los Tech no son muy adeptos a los rituales de banda, y no realizan prácticas como la caza de trofeos o la escarificación. En su lugar, los Tech son proclives a instalar bioimplantes en su cuerpo, sustituyendo las partes débiles de carne por acero cromado y cables, para conseguir ser más que humanos, e identificarse para siempre como miembros de su banda.


Los Tech también aprenden pronto a extender sus actividades más allá de la autoprotección,y los líderes ambiciosos, ansiosos de apartarse de una vida de servidumbre, dedican sus recursos a negocios ilegales como la venta de armas y tecnología prohibida, el tráfico de substancias químicas ilegales, y todo tipo de contrabando que les permita mantener su caro armamento y sus aún más caros bioimplantes cibernéticos, una adicción tan peligrosa como la de cualquier psicópata adicto al "Spook". Debido a ello, las bandas veteranas de Tech resultan tan viciosas y peligrosas como cualquier otro morador del submundo de la Colmena Trazior.

Pensamiento del día: - "La carne es débil, la carne debe perecer".